En ruta por La Garrotxa
Placeres sin tiempo
La Garrotxa en autocaravana: Para quienes resultan difíciles de sorprender porque ya llevan unos cuantos miles de kilómetros a sus espaldas, buscar una ruta original no resulta sencillo.
Sin embargo, eso no quiere decir que se trate de un imposible. Buen ejemplo es la comarca pre pirenaica de La Garrotxa, todo un agasajo para los sentidos del viajero, en especial si escoge la autocaravana como medio de transporte.
Para empezar porque encontrar algo siquiera similar a la llamada comarca de los volcanes es todo un reto que hasta la fecha no hemos sido capaces de lograr.
La cuenca alta del río Fluvià, las cabeceras de la Muga y la riera de Amer y de Llémena dibujan un paisaje único que marca de alguna forma a quien lo conoce por primera vez.
Tanto es así que volver acaba siendo una opción que pocos descartan. Un lugar que hay que conocer… Sin más!
Volcanes, Naturaleza e Historia
Hay unas cuantas razones para ello: cuatro decenas de volcanes esperan al visitante en el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrocha mientras que la Alta Garrotza es un Espacio de Interés Natural completamente distinto.
Con paisajes de montaña marcados por profundos y verdes valles además de altas paredes de roca cuya vista impresiona de verdad.
Por eso, recorrer las carreteras secundarias de la comarca de La Garrotxa tiene tanto de especial que cada viajero puede marcar su propia ruta siguiendo sus impresiones.
Mieras
Pero un buen punto de partida es Mieras, la localidad más al sur de nuestra ruta por La Garrotxa en autocaravana por este espectacular espacio natural.
La sierra de Portelles y el macizo de Rocacorba, la sierra de Ventanas y las sierras de Coll y de Ventatjol ponen el marco a este pueblo bañado por el río Tort donde al menos hay que visitar dos iglesias barrocas – la de Ruïtlles y la de Santa María de Freixas –.
Además de otra barroca, la de San Pedro, antes de partir rumbo a la villa medieval de Santa Pau, en pleno Parque Natural, entre las sierras de Sant Julià del Mont y Santa Maria de Finestres.
Allí se encuentran algunos de los tesoros más preciados de la ruta, como el volcán de Santa Margarida, el volcán Croscat o “La Fajeda d’en Jordà”.
Sin olvidarnos del paseo casi obligado por calles más estrechas de la población, donde parece haberse detenido el reloj hace siglos, haciendo evidente el pasado medieval de esta localidad.
Olot
De nuevo en nuestra caravana recorreremos algunos kilómetros más de la GI-524 para llegar a Olot, la llamada ciudad de los volcanes.
Desde ella podremos conocer los volcanes visitables Montsacopa y el Montolivet, ubicados muy cerca de otros dos, la Garrinada y el Bisaroques.
Pero además agradeceremos un buen paseo por esta sorprendente ciudad donde reina el estilo modernista en iconos como la casa Galleta-Vila, la casa Solà-Morales o la casa Masramon, además de algunos claustros renacentistas que forman parte del recinto de la Escuela de Arte de Olot.
Sant Joan Les Fonts
La opción de seguir en ruta es casi una obligación. Ya camino de la Alta Garrocha nos queda aún mucho por ver: la Vall de Bianya, donde se mezclan prados, bosques y arroyos.
Seguro que encontramos un lugar para hacer noche cerca de Sant Joan Les Fonts, con su espectacular puente medieval, el monasterio románico benedictino y el castillo de Juvinyà.
Si buscamos lugares más apartados, Montagut y Oix es la opción, en el corazón de la Ata Garrocha, donde abundan iglesias y ermitas románicas con mucho encanto.
Tortellà
¿Más? Tortellà, en cuyas afueras se encuentra el imponente puente románico de un solo arco del Llierca; Bauda, en la ladera de la sierra del Mont, espectacular mirador desde donde se puede ver no solo la Garrocha sino también buena parte del Empordà, el Pirineo oriental y parte del Collsacabra…
Todo un viaje de sensaciones que querrás repetir con nuestra Hymer.
