La desembocadura del Ebro, donde se encuentra el Parque Natural del Delta del Ebro, no solo muestra un paisaje de película que merece la pena conocer. También es un pequeño paraíso gastronómico que ofrece deliciosos manjares en una tierra privilegiada. Es una de las muchas virtudes de la provincia de Tarragona, donde el buen comer es algo tan natural como el respirar.
La cocina catalana tiene un referente en este santuario de buen vivir. Para los aficionados a las materias primas de calidad que llegan luego a nuestra mesa en forma de platos espectaculares, este viaje es de los imprescindibles. Las opciones para pernoctar son muchas… y algunos camping que abren todo el año, como por ejemplo La Tancada que es una muy buena opción.
Y haciéndolo en autocaravana tendremos sitio de sobra para volver cargados de delicatessen si no queremos degustarlas allí mismo. En esta ruta, los productos estrella son los siguientes:
Arroz con sabor mediterráneo
En los municipios de Deltebre, Sant Jaume d’Enveja y algunos terrenos del mismo Delta del Ebro se cultiva un arroz muy especial. Tanto que cuenta con denominación de origen propia del Delta del Ebro. Y es que el clima y las condiciones de salinidad de este terreno son únicas, como saben bien los buenos arroceros. Entre las variedades que podemos encontrar están Bahía, Sénia, Fonsa, Bomba y Montsianell.
Para degustarlo de la forma más típica, hay que probar sí o sí el arroz de pato, casi un plato obligado porque es el más famoso de la zona. Tras probarlo comprenderéis por qué. Pero además, el arroz del Delta del Ebro sirve como materia prima de una peculiar industria que ha nacido a orillas del Ebro: la del sake de arroz.
La firma Kensho, una empresa familiar que elabora este sake 100% de arroz en una pequeña masía situada en pleno Delta, lo elabora con una fermentación de baja temperatura y una graduación algo más baja que la del sake japonés, entre 9º y 11º grados. Todo un descubrimiento que también hay que probar si estáis en la zona.
Anguila, la reina del Delta del Ebro
La anguila que se encuentra en las comarcas del Baix Ebre y el Montsià, es otro producto estrella, imprescindible en la cocina del lugar. Con ella se elabora el chapadillo, una conserva tradicional – anguila en salazón –, además de infinidad de platos entre los que los estofados y suquets son los preferidos de la mayoría de los vecinos. Aquí se pescan con el método del ganguil, que consiste en una bolsa de red de forma alargada que se sostiene con una estructura redonda de hierro.
Langostinos, mejillones y ostras
Otro de los productos que no puede faltar en un viaje gastronómico por el Delta del Ebro es el famoso langostino de Sant Carles de la Ràpita, que vive en aguas poco profundas de la desembocadura y se caracteriza por un caparazón brillante y sin manchas negras.
Tampoco podemos olvidarnos de los mejillones del Delta del Ebro, con una sabrosísima carne. Se crían sobre todo en la bahía del Fangar, en l’Ampolla de Mar, y en el puerto natural dels Alfacs, en Sant Carles de la Ràpita. También en la misma zona se encuentran las ostras rizadas del Delta del Ebro, una delicia criada en pleno parque natural que es famosa por su fina carne.
Estos dos últimos manjares se pueden degustar con cava sobre una mejillonera en las catas que se organizan. Durante dos horas, se catan las ostras y mejillones sobre la mejillonera además de conocer los procesos de producción y cría. Otra opción es visitar la lonja de pescado de Sant Carles de la Ràpita, todo un espectáculo digno de ver.