Hay viajes tan especiales que quedan siempre en la memoria (como el de las Auroras boreales en las Islas Lofoten).
Repasarlos mentalmente es un auténtico placer que devuelve las sensaciones de aquellos momentos, pero ocurre solo con rutas únicas y completamente excepcionales.
Una de ellas es la que recorre las islas Lofoten, el edén noruego para todo amante de la vida libre en autocaravana. Para aquellos que aún no conocen la carretera que las ballenas vigilan desde el arcén.
Pero también para los que ya se han presentado a ella y quieran repetir una experiencia única, esta ruta es de las que enamoran sin el más mínimo esfuerzo.
Un territorio para nuestra Hymer Exisis-i, donde vamos a disfrutar de sus numerosas virtudes como las increíbles auroras boreales.
Narvik
Hay que llegar a Narvik, pero merece la pena. Puede presumir de ser un referente industrial para los noruegos y principal entrada a este rincón por encima del Círculo Polar Ártico donde comenzar a ver un mundo completamente distinto.
Este es el lugar que muchos eligen para ver las famosas auroras boreales en invierno, y también es punto de salida de numerosas rutas senderistas con las que conocer la Noruega más salvaje.
Y a fondo, porque una de las ventajas del país es que podrás despertarte en plena naturaleza. En Noruega está permitido aparcar tu autocaravana prácticamente en cualquier lugar. Siempre que cumplas una serie de sencillas reglas establecidas en el llamado “Derecho de acceso“.
Entre ellas, aparcar siempre a más de 150 metros de cualquier casa o cabaña habitada, o vaciar aguas grises solo donde haya lugares preparados para ello, que identificarás por la señal.
Por lo demás, puedes aprovechar para dormir en un entorno increíble, allí donde más te plazca.
Nuestra ruta irá avanzando hacia el oeste por la carretera E10, conocida como la del rey Olaf V, que es la principal carretera que conecta las islas.
Laupstad – Vestpollen – Svolvaer
Desde Narvik la tomaremos para avanzar hasta Laupstad, Vestpollen y más adelante Svolvaer, una ciudad con todos los servicios que podamos necesitar. Y también el lugar desde donde salen excursiones para conocer el famoso fiordo del Troll.
Desde aquí comenzará la ruta más auténtica, a lo largo de la que descubriremos las rorbuer, antiguas cabañas de pescadores, algunas de las que ahora han sido rehabilitadas como alojamiento para turistas.
O los curiosos secaderos de bacalao, construidos en casi cualquier rincón, donde el emblema de las islas es visible para todos. La razón es que millones de bacalaos viajan cada año desde el mar de Barents para desovar entre febrero y abril en las islas Lofoten.
Y hoy este pez, el delicioso bacalao skrei, es el rey de las islas. Para los grandes cocineros se trata del mejor pescado del mundo, y de hecho los pescadores noruegos surten a prácticamente todo el planeta. Más de la mitad de los bacalaos que se consumen en el mundo han sido capturados por ellos.
Eggum
Ver partir a los barcos cada mañana en la gran fiesta que es la captura del bacalao es uno de los espectáculos que ofrecen las Lofoten.
Podréis verlo desde todas las pequeñas poblaciones pesqueras de las islas, por ejemplo Eggum, un pequeño poblado de pescadores entre el océano y las montañas donde encontraremos un mirador con unas vistas alucinantes del océano Ártico.
En este punto de nuestra ruta ya nos habremos hecho una idea de cómo era el mundo vikingo del que tanto hemos oído hablar.
Borg
Pero por si nos quedan dudas, continuando por la E10 llegaremos al pequeño pueblo de Borg, donde se encuentra el museo vikingo más famoso, Lofotr. Basado en la excavación arqueológica de un pueblo de guerreros vikingos en la isla de Vestvågøya.
Leknes
Si seguimos conduciendo a través de la E10 llegaremos a Leknes, un gran puerto de cruceros y también punto de partida de muchas excursiones en las Lofoten.
Desde allí continuaremos sin perder detalle de los impactantes paisajes que dejamos a nuestro lado al ir bordeando el este de las islas hasta llegar a Ramberg. Seguramente la playa más famosa de la isla de Flakstadøy.
Su popularidad no es cosa del azar: se trata de una playa espectacular, rodeada de montañas, que forma una postal para enmarcar.
Moskenesøya
Nuestro viaje termina en una de las islas más alejadas del continente, Moskenesøya, donde podemos encontrar el pequeño pueblo de pescadores de Å.
Una pequeña localidad conocida porque fue aquí donde comenzó a fabricarse el aceite de hígado de bacalao que un vecino creyó que sería el remedio para todas las enfermedades.
La primera planta que se construyó para la elaboración industrial de ese producto se encuentra en Å. Su centenar de habitantes vive en tradicionales edificios de madera que componen un peculiar conjunto histórico.
No es su único atractivo, ya que desde lo alto de la colina que domina el pueblo puede verse otra de las islas lofoten, la vecina isla de Vaeroy. Unas vistas extraordinarias para un fin de viaje perfecto.