¿Placer o terror?
Hay pocos planes tan apetecibles como un viaje en autocaravana con niños. La experiencia de recorrer mundo en un vehículo que les permite dormir en un lugar para despertarse al día siguiente en otro, además de vivir durante el día como en una película de aventuras, es un regalo de los de verdad para cualquiera, pero especialmente para ellos. Y además, teniendo como compañeros de viaje a padres y hermanos, que para los más pequeños son la compañía ideal para redondear las vacaciones.
Sin embargo, esa experiencia genial a primera vista puede acabar resultando un auténtico suplicio para los adultos en caso de no tener en cuenta algunos imprescindibles con los que sortear ciertas dificultades que suelen presentarse sí o sí. Por eso hemos preparado este decálogo para que viajar con niños sea todo lo contrario a una pesadilla:
Juegos para el trayecto
El entretenimiento es clave en cualquier viaje, y la autocaravana no es una excepción a la regla. Si lo prevemos, podemos llevar con nosotros algún juego de mesa o pensar en juegos que en los que podamos participar todos durante el trayecto, como los que suman los números de las matrículas o numeran los coches del mismo color que pasan a nuestro lado.
Paradas cada poco tiempo
Puede que nosotros podamos recorrer 600 kilómetros sin hacer una sola parada, pero los niños necesitan descansar de la carretera y estirar las piernas cada cierto tiempo para encontrarse a gusto. Si planificamos paradas cada 200 kilómetros nos aseguraremos de que el viaje no se les haga largo.
¿Dónde dormiremos?
Uno de los alicientes del viaje en autocaravana es que cada noche es una aventura. Pasarán parte del trayecto preguntando dónde dormirán esa noche, y aprovechar para hablarles del lugar donde pensáis quedaros es buena idea. Esos previos fomentan una ilusión que se disfruta como pocas.
Los por-si-acaso
Bici, aletas de buceo, botas de agua… Puede que al final todo nos sobre, pero si hay espacio en la autocaravana, llevarlo siempre es buena idea. Son utensilios que normalmente, en su vida diaria, no usan, y si tienen la oportunidad de hacerlo y resulta que no los metimos en la autocaravana, nos costará un disgusto.
Actividades al aire libre
Ya que vamos en un espacio cerrado aunque cómodo durante gran parte del día, lo mejor es que cuando lleguemos a cualquier destino aprovechemos para hacer la mayor parte de actividades al aire libre si el tiempo lo permite: comer, ir de excursión, bañarnos en el río, dar un paseo por la playa, buscar tesoros en el bosque…
Cuentos y más cuentos
Un imprescindible en todo viaje, pero sobre todo en una autocaravana, son los cuentos. Amenizan los ratos muertos, hacen volar su imaginación y además aprenden por el camino. Si te mareas leyéndoles durante el trayecto, o si les pasa a ellos, siempre puedes dejar los cuentos para la hora de dormir.
Los límites
Estar de vacaciones es algo parecido a salir de la rutina y poder hacer todo aquello que no nos permiten, o no nos permitimos, durante el resto del año. Pero aún así, si viajamos con niños hay que dejarles claros ciertos límites como que está prohibido pasar a la zona de conducción. Ser tajantes en ese tipo de normas siempre resulta de ayuda.
Paciencia, la madre de la ciencia.
Aunque sean muy divertidos, los viajes cansan. Y cuando estamos cansados, lo normal es que todo nos moleste más: una retahíla interminable de preguntas, que les resulte difícil quedarse quietos en su asiento, que no muestren mucho interés por el siguiente pueblo que vais a conocer… Echar mano de la paciencia es fundamental para intentar salvar esas situaciones.
Slow travel
La mejor forma de viajar en autocaravana con niños es respetando sus tiempos, y eso quiere decir que es buena idea dejar el estrés en casa. Resultará mucho más fácil de disfrutar un viaje en el que no tengáis que recorreros cada día medio país. Aprovechad para conocer bien una región en lugar de intentar batir el récord de kilómetros recorridos.
Tiempo solos
Puede que estuvierais deseando pasar tiempo con vuestros hijos, pero 24 horas juntos pueden hacerse muy largas. Tanto para ellos como para vosotros. Por eso es buena idea dejar una parte del día para que cada uno tengáis vuestro tiempo. La tarde, justo antes de acostaros, puede ser un buen momento para que jueguen con otros niños en el camping o el área donde hayáis decidido descansar. Mientras, los mayores pueden aprovechar para leer, charlar, dar un paseo… Se trata de que todos disfrutéis.
