Un emperador y un águila para la República
Hay carreteras que son un auténtico espectáculo. Cada una por sus propias razones: por los paisajes que atraviesan, por los pueblos que conectan, por la historia que las recorre o porque su trazado es una verdadera delicia para los que disfrutan conduciendo. Lo difícil es encontrar una sola ruta que reúna todas esas cualidades al mismo tiempo.
Pero existe, y la prueba es la ruta de Napoleón. Unos 340 kilómetros perfectos para un buen viaje en autocaravana donde recuperar el placer por los viajes a la antigua usanza: con calma para poder explorar sin prisa las sorpresas que nos depara este trayecto que va desde la Costa Azul hasta los Alpes. El símbolo del águila imperial marca todo el recorrido.
Debe su nombre a que fue Napoleón quien la recorrió cuando regresó de su exilio en la isla de Elba. Desembarcó en Golfe-Jean en marzo de 1815 y empezó así el Gobierno de los cien días, que acabaron en Waterloo. Por eso la ruta parte de la Riviera francesa, desde donde resulta sencillo seguir el trayecto a los pies de la cordillera de los Alpes.
Puede ser un recorrido histórico, pero también es un recorrido de naturaleza, gastronomía y emociones. Aquí hay para todos.
Mapa de la ruta pincha aquí
El punto de partida de esta ruta ya advierte que este no es un viaje cualquiera. Estamos en Antibes, entre Niza y Cannes, en una ciudad fortificada al borde del mar que esconde en su interior decenas de joyas. Entre ellas el castillo Grimaldi, donde se encuentra el museo Picasso, el museo de Peynet, un mercado provenzal, la catedral y decenas de tiendas de artesanía entre callejuelas y plazas salpicadas de restaurantes y cafés. Ese estilo francés que tanto gusta!
Disfrutar de todo lo que ofrece esta ciudad es un imprescindible antes de ponernos tras el volante de la autocaravana para continuar rumbo a Grasse, capital de la región de la Provenza Oriental que sirvió de escenario para la famosa novela El perfume. Su catedral, que cuenta con cuadros de Rubens en su interior, y las calles entorno a ella son un buen marco para un paseo por la ciudad de los aromas y las esencias, a las que se dedica desde hace siglos.
Desde allí seguiremos por la D6085 hasta Saint Vallier de Thiey, una pequeña localidad que en el siglo XIX se puso de moda como lugar de veraneo de las familias de Grasse. Rodeado de montañas, merece la pena recorrer el casco antiguo, con sus casas de piedra y una iglesia con un espectacular campanario. El siguiente destino es Castellane, a orillas del río Verdon. La gran protagonista de esta localidad es la capilla de Nôtre Dame du Roc, desde donde hay unas vistas excepcionales de todo el entorno enclavado entre montañas.
Aunque no es el único reclamo para quienes se detienen en esta ciudad. La torre pentagonal, la puerta del reloj o la plaza Marcel Sauvaire también merecen la pena. Y para los aficionados a la historia, en el número 34 de la calle Nationale se encuentra la casa en la que Napoleón hizo un alto para almorzar el 3 de marzo de 1815. Hoy acoge el museo de las Artes y Tradiciones Populares del Verdon Medio. Curiosamente, todo el recorrido mantiene un alto nivel de servicios para autocaravanistas.
Dignes les Bains, en el cruce de tres valles, y Sisteron son las siguientes localidades de destino. Esta última se encuentra a orillas del Durance y es una original ciudad literalmente a los pies de la montaña con un centro histórico que no tiene desperdicio. Nos aguardan una catedral románica, la fortaleza, el museo Tierra y Tiempo con una colección de insólitos objetos sobre la evolución de la medición del tiempo, calles con encanto, pequeñas plazas… Se trata de una de las ciudades que más veces han formado parte del rally de Montecarlo, al igual que nuestro siguiente destino, Gap. Por eso disfrutar de este tramo en la autocaravana es todo un placer. Montaña, miradores y unos paisajes con los Alpes nevados al fondo.
Tras visitar la animada ciudad de Gap, repleta de sorpresas como su espectacular ayuntamiento o el campanario de la catedral, subiremos el puerto de montaña Col Bayard, con un mirador de vértigo desde el que se ve la cuenca del Gap, sus alrededores y los picos de las fronteras de Italia.
El encanto de los pueblos de Corps y La Mure son los siguientes atractivos de la ruta, que después nos llevará a los lagos de Laffrey antes de poner el cierre que esta ruta se merece con la visita a la ciudad de Grenoble, llena de atractivos y con mucha vida cultural. Una ciudad olímpica siempre tiene reclamos para una nueva visita.
Dónde dormir
Sassenage, a unos 7 km. de Grenoble