¡Ahora es buen momento!
Los pueblos del mediterráneo empiezan ya a oler a hogueras. Ha llegado el momento de las calçotadas, y por toda Cataluña comienzan a preparar el fuego. Unos dicen que el calçot nació en Lleida, de una cebolla blanca tardía. Otros dicen que todo empezó en Tarragona. Siempre se apela a la casualidad para buscar un inicio. Se dice que un payés vio que había germinado la cebolla y la echó al fuego a ver que pasaba. El resultado fue que el interior del brote de la cebolla era tierno y dulce, un manjar. En los pueblos del interior de Cataluña esta tradición se celebra en masías, fincas e incluso castillos. Os proponemos seguir el rastro del calçot y, de paso, conocer algunos de los pueblos más bonitos de las tierras catalanas para disfrutar de Calçots, amigos y autocaravanas.
MONTSONÍS
Montsonís es uno de los imprescindibles para conocer bien Lleida. Su castillo construido en 1024 es una auténtica joya medieval. Su historia ha marcado toda la comarca de la Noguera. El Santuari de la Mare de Déu de Salgar es otro de los puntos importantes de este pueblo leridano, un santuario precioso situado en la garganta de la montaña.
Las calçotadas son típicas en esta villa, de hecho, hay una actividad perfecta que aúna la visita al castillo, teatralizada, con una buena calçotada de postre. Es la ruta de Castillos y Calçots. En la parte alta del pueblo, caben un par de autocaravanas. También se puede aparcar en el parking de autobuses.
SANT LLORENÇ DE MONTGAI
En el municipio de Camarasa, en la Noguera, también encontramos otro reducto leridano de gran belleza. Sant Llorenç de Montgai es conocido sobre todo por su embalse, donde se pueden realizar multitud de deportes acuáticos. El embalse es un pantano rodeado de paredes y zonas boscosas, perfecto para el senderismo y para parar en alguno de los restaurantes que dan a sus orillas y degustar unos calçots de temporada, como por ejemplo en La Noguera.
En la Partida de la Solana, sin número, hay un área para Acs de nada más y nada menos que 80 plazas. Está frente a la reserva natural del embalse, un lugar privilegiado y con unos amaneceres brutales para disfrutar de calçots, amigos y autocaravanas.
MONTBLANC
Pasamos a Tarragona. Montblanc forma parte de la Ruta del Cister, a tan solo 10 kilómetros del Monasterio de Poblet, y crece en una colina en la que antaño dominaba el castillo del que hoy apenas quedan vestigios. Montblanc tuvo su auge en el siglo XVIII gracias a la producción de vino y sus viñedos, pero en el siglo XIX ese esplendor se vio truncado por la llegada de la filoxera.
Merece la pena visitar su Museo Comarcal y descubrir su colección arqueológica de restos encontrados en la zona. Y por supuesto empezar a probar los calçots en sus muchos restaurantes donde los podemos encontrar.
Para pasar la noche, si no queremos salir de la ciudad, en la avenida Lluis Companys 41 está el Área de Autocaravanas Sam. Tiene pocas plazas pero la comodidad de tener la ciudad al lado.
VALLS
No podemos hablar de calçots y no hablar de Valls, que presume de ser la capital del calçot. Valls es también la capital de la comarca del Alt Camp y posible lugar de origen de los calçots. Es una ciudad medieval y su casco histórico se despliega bajo el entramado de calles estrechas e irregulares que nos descubren la Capilla del Roser, con su famosa cerámica vidriada, las plazas porticadas del Blat y del Oli, la judería, y el campanario más alto de Cataluña, el de la iglesia de Sant Joan.
En Valls todos los últimos domingos del mes de enero se celebra la Gran Fiesta de la Calçotada, en conmemoración de esta tradición. Es una fiesta que cada vez atrae a más viajeros gastronómicos para disfrutar de calçots, amigos y autocaravanas. Cerca de Valls hay varias áreas de pernocta para ACs, porque la siesta es obligada cuando el porrón de vino corre de mano en mano…
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