Mar y montaña en autocaravana
El final del verano provoca la necesidad de una escapada corta en autocaravana o campervan, con aire de despedida, para aprovechar la llegada del otoño. El día y la noche se equilibran como el mar y la montaña y hay mil propuestas para estos días, entre ellas realizar una escapada en autocaravana por pueblos catalanes.
Al norte de Barcelona la oferta es generosa. La lista de lugares que ver en Rupit, en la provincia de Barcelona, es asombrosa. Es una pueblo medieval ubicado en plena montaña, que nos obsequia con todo lo que esperamos de un pueblecito de este tipo: casas de piedra, vistas a las cordilleras y un aire silencioso y aislado que invita a la desconexión.
Ojo a su puente colgante, quizá una de las imágenes más importantes del pueblo, y su iglesia de Sant Miquel del siglo XVI, sin duda su construcción más importante. Las rutas por los bosques de los alrededores tienen que ser sí o sí nuestra principal actividad, con la del Salt del Sallent la primera de todas.
El parking municipal de Rupit, en la BV-5208, nos proporciona todo necesario para descansar y reponer también a nuestra propia autocaravana o camper van. Es un área de pago al lado del pueblo, con acceso a rutas y permite el recambio de aguas de la autocaravana.
Hacia el norte, el paisaje se vuelve más dramático. Siempre es buen momento para recorrer las carreteras y los pueblos del Parque de la Garrocha. Hay pueblos que tienen especial protagonismo. Castellfollit de la Roca, es uno de ellos. Cerca de la A-26, es un tranquilo y silencioso pueblo gerundense de interior cerca de Sant Joan de Les Fonts. Su magnífica estampa está caracterizada por sus casas colgantes sobre el acantilado volcánico denominado cinglera de Castellfollit y ubicado sobre los ríos Fluvial y Toronell.
Dentro es uno de los pueblos medievales más bonitos que podamos imaginar, con calles de piedra, una bonita iglesia (la de Sant Salvador, también conocida como iglesia vieja) y un estupendo mirador para no perdernos nada del entorno.
Después del paisaje de montaña se puede pensar por bajar hacia la playa. No demasiado lejos está Monells, cerca de la costa, con al menos dos áreas de autocaravanas gratuitas en sus cercanías. La primera es la de La Bisbal d’Empordà, en la localidad homónima, apta para recambiar las aguas, y la segunda en la carretera C-66 en Vulpellac (a la altura del kilómetro 8), también preparada para llenar las aguas, entre otros útiles servicios.
Monells es, como localidad, un pequeño pueblo con la típica imagen idílica que buscamos en un paraje rural catalán. Aquí se rodaron muchas escenas de Ocho apellidos catalanes, por lo que quizá incluso nos suene de haberlo visto antes. Su centro histórico, con pequeñas calles, arcos y casas de piedra de aires antiguos, nos conduce hasta la Plaza del Ali y, por supuesto, el castillo, del que apenas se conserva una sección de la muralla. La Plaza de Jaume I es el sitio ideal para detenernos a tomar algo.
Y no puede faltar ese momento con la arena en los talones. Tossa de Mar, en la Costa Brava, es la primera villa turística de nuestra ruta, y por ello un destacado centro turístico. Dispone de un camping muy cerca de la playa y más aún de la localidad. Respecto al pueblo, naturalmente lo caracterizan sus playas. Imprescindible la cala de Codolar, una playa pequeña a los pies del castillo y a un paso de diversas rutas de senderismo para conocer los alrededores. Y hablando del castillo, el de Tossa de Mar fue construido en el siglo XII y ofrece la estampa más característica de la localidad. El barrio de la roquera es uno de los más bonitos, al ser un antiguo barrio marinero, pero tampoco hay que perdérsela villa romana del siglo I, que delata todo el pasado histórico del lugar. El otoño está aquí.
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