BAJANDO EL NAVIA EN AUTOCARAVANA
Se sabe que el norte de España es un terreno esencial para el autocaravanista: clima suave, decenas de posibilidades para el turismo activo, paisajes de los que dejan con ganas de repetir y una costa tan original que en cada curva hay algo nuevo por descubrir. La buena noticia es que a pesar de todas esas virtudes, hay muchos espacios que aún no han sido tomados por el turismo de masas. Y entre ellos está la ruta del majestuoso Navia, el río que se abre paso desde la lucense Piedrafita del Cebrero en una de las partes más duras del Camino de Santiago hasta unirse al Cantábrico en el cabo de San Agustín.
Seguir su curso a lo largo de los 160 kilómetros de trayectoria es una estupenda manera de conocer algunos de los secretos mejor guardados de las tierras galaico-asturianas. Por ejemplo, el concejo de Ibias, la tierra de cunqueiros y mineros que ofrece un paisaje tranquilo salpicado de algunas pallozas heredadas de la tradición castrense. O Grandas de Salime, donde uno de sus vecinos, conocido como Pepe El Ferreiro, inició un museo etnográfico que se ha convertido en un imprescindible de la zona. Además de visitarlo hay que echar un vistazo a la espectacular panorámica en el mirador de Salime y si hay tiempo, aprovechar para hacer caminando rutas como la arqueológica de Grandas, que a su camino atraviesa el castro Chao Samartin.
La carretera es una colección de emociones, que une pueblos casi anónimos. Por la carretera pasaremos por San Emiliano, la aldea perdida de Allande, repleta de robledales, hayas, castaños y abedules. Y por Pesoz, que se levanta entre las entrañas más abruptas del occidente asturiano formando una postal en la que destacan lugares como el Palacio de Ron o la iglesia de Santiago. A partir de aquí seguiremos camino a Gío, Lantero y Doiras, en el concejo de Boal, donde se encuentra el embalse del mismo nombre. Aprovechar para hacer una parada y comer un buen pote asturiano. Si sois aficionados a los platos de cuchara es buena idea siempre que luego haya tiempo para una siesta.
Playas de ensueño
Ya nos vamos acercando a la desembocadura del Navia, pero antes cruzaremos Serandinas, donde los aficionados al kayak encontrarán un rincón perfecto para practicar descenso de cañones o rutas más tranquilas en piragua. Después llegaremos a Arbón, donde también se disfruta de los deportes naúticos en El Pantanal, un pequeño paraíso rodeado de vegetación.
Enseguida alcanzaremos Coaña, tierra de castros, faros y puerto. Una parada obligada para disfrutar de unas vistas como pocas desde uno de los puntos emblemáticos de la cultura castreña. Ya estamos junto a la desembocadura del majestuoso Navia entre el cabo de San Agustín y Penafurada. Todo un espectáculo en un entorno privilegiado donde hay que aprovechar para coger la toalla y darse un buen baño en algunas de las playas más alucinantes del occidente asturiano. Al menos en Frejulfe, declarada Monumento Natural, la mayor del concejo, y en la espectacular Barayo, rodeada de dunas y marismas de gran valor ecológico y paisajístico en mitad de un entorno de bosques y acantilados. Incluso si nos quedan ganas podemos caminar recorriendo al menos parte de la llamada senda costera naviega, una ruta increíble junto al mar en la que se disfruta de unas vistas impresionantes. No es raro que el Navia, se postule como la nueva ruta del Camino de Santiago.
