A las autocaravanas les gusta la historia.
Atesoran siglos de historia entre sus paredes hablando de batallas, leyendas, pasiones cortesanas y caballeros que marcaron el rumbo de sus vecinos. Por eso los castillos tienen algo de magia que atrae a viajeros de lo más dispares. Conocer estas fortalezas en un viaje con nuestra autocaravana es un buen plan en cualquier época del año, especialmente para los aficionados a la historia con mayúsculas. A lo largo y ancho de nuestra geografía tenemos decenas de castillos para elegir, pero si estáis buscando los que tienen más solera, estos cuatro formarán parte de vuestra lista:
Palacio Real de Olite – Navarra
Ostenta el honor de ser uno de los castillos más visitados de la península, y es que la imagen de gran fortaleza medieval que tenemos en la cabeza se parece mucho a este palacio que fue sede del Reino de Navarra. Una prueba de que impresionaba a la mayoría de quienes lo visitaban por primera vez se encuentra en el British Museum, donde se conserva la anotación que hizo un viajero que conoció esta fortaleza-palacio en el siglo XV: “Seguro estoy que no hay rey que tenga palacio ni castillo más hermoso y de tantas habitaciones doradas”, decía. Cuentan que además de celebrar torneos o corridas de toros, en su interior llegó a tener hasta un zoológico. Para no perdérselo. Además en la zona hay otros castillos con facilidades para pernoctar, como el castillo de Javier o el Monasterio de Leyte.
Castillo de Bellver – Mallorca
Otro castillo de cuento que merece una buena visita es el de Bellver, con unas vistas estupendas de la ciudad y el puerto de Palma de Mallorca. Jaume II ordenó levantarlo en el siglo XIV y fue residencia real a finales de ese mismo siglo, por lo que desde entonces acogió a toda clase de personajes ilustres. Su original planta circular es su principal atractivo, pero no el único. Hoy es además sede del Museo de Historia de la Ciudad. La oferta turística de Mallorca siempre nos ayuda a la hora de viajar con nuestra autocaravana.
Castillo de Almodóvar del Río – Córdoba
Perteneció al Califato de Córdoba, a la Taifa de Carmona, a la Taifa de Sevilla, al imperio Almorávide y al imperio Almohade hasta que en el siglo XIII pasó a manos de Fernando III “el Santo”. Desde entonces ha pasado por distintos propietarios, pero fue el conde de Torralva ya en el siglo XX quien decidió restaurarlo, y hoy es uno de los castillos mejor conservados. Quienes quieran conocer un castillo que mantenga en perfecto estado torres, almenas, mazmorras o el patio de armas encontrarán en este una buena muestra. Si lo visitáis no os perdáis su original capilla hexagonal. El otoño es una buena época para recorrer la campiña cordobesa, y disfrutar de su excelente gastronomía, con el aceite como producto estrella.
Castillo de Coca – Segovia
Otro castillo que parece sacado de las páginas de un cuento es el de Coca, en Segovia, una impresionante fortaleza que automáticamente nos transporta a la Edad Media. Don Alonso de Fonseca, sobrino del arzobispo de Sevilla, ordenó construirlo a finales del siglo XV, y hoy está considerado uno de los ejemplos del arte gótico-mudéjar español más destacables. Después de que en su interior muriera el marqués de Cenete por las brasas lanzadas desde las almenas cuando pretendía a una dama de los Fonseca, el castillo pasó a manos de la Casa de Alba, quien lo ha cedido al Ministerio de Agricultura hasta 2054. Además hay una zona específica para autocaravanas donde todo el mundo es bien recibido.
