Pueblos navideños con un toque dulce
Mantecados y polvorones en autocaravana. Hay productos que tienen un sabor especial en ciertos meses del año. El mazapán y el polvorón en sus muchas versiones son el reclamo perfecto para un viaje en autocaravana o camper van. Navidad y viajes tranquilos son un buen maridaje por pueblos que han hecho de la repostería su gran reclamo. ¡Descubre algunos pueblos navideños con este toque dulce!
ESTEPA. Sevilla
Un buen inicio lo tenemos en la población de Estepa, en Sevilla. Estamos en el típico pueblo andaluz que nos acoge con los brazos abiertos. Ya solo el nombre nos remite a la Navidad, ya que aquí se elaboran los míticos mantecados de Estepa que le han dado la fama. Pero hay mucho más que ver, como lo demuestran su Torre de la Victoria, la famosa plaza del Carmen y ese gran núcleo que se aglutina en el Cerro de San Cristóbal, un conjunto histórico donde encontramos la torre del Homenaje, el Convento de Santa Clara o la iglesia de Santa Maria.
Pero no nos engañemos: la ruta del mantecado que nos propone Estepa es uno de sus puntos de atracción principales. Se empezaron a elaborar en el siglo XVII en el Convento de monjas de Santa Clara y a partir de ahí su elaboración se extendió por toda la ciudad. Podemos recurrir a la fábrica de la Estepeña (Pol. Ind. Sierra Sur c/ Almendra, 3) como una de las grandes referencias: además de visitar por un ajustado precio el museo, podemos comprar todo tipo de productos típicos de la zona. Estos días la zona comercial del pueblo huele a dulce y alegría.
No existe una zona específica para autocaravanas o camper vans, pero el recinto ferial suele ser un punto de encuentro muy tranquilo.
SEPÚLVEDA. Segovia.
En Sepúlveda (Segovia) nos espera Pastelería La Peña (Pl. España, 20). Un ambiente ideal para un paseo invernal nos acoge en este típico pueblo castellano que parece todavía sumergido, para bien, en la Edad de Hierro. Todo el legado céltico y medieval se respira en una villa histórica que, como manda la tradición, aparece dominado por un castillo y sus murallas, así como los restos de las puertas de acceso que daban nombre al lugar. Dentro, la calzada romana que desemboca en el puente de Tacaño, la iglesia románica de El Salvador y una interesante oferta de museos nos esperan.
En lo que respecta a La Peña, uno de los negocios más conocidos de toda la villa, nos encontramos con un negocio familiar que se remonta a más de cuatro generaciones atrás, consagradas todas ellas a conservar las mismas recetas propias y tradicionales para su amplio surtido de tortas, tartas, rosquillas, hojaldres roscones y pastas variadas que adornan su oferta. Deliciosos pan y dulces artesanales que nos recuerdan las bondades de la buena bollería alejada de procedimientos industriales, hecha con cariño e ingredientes de primera.
El tema de aparcamiento es fácil, ya que hay amplias zonas en la Plaza de San Esteban, a unos 300 metros de la Plaza Mayor. La cuesta es importante pero merece la pena.
TORDESILLAS. Valladolid.
Tordesillas, en Valladolid, es el hogar de la no menos mítica Pastelería Galicia (C. Sta. María, 2), un local para llevar y con una eficaz tienda online (no se puede comer en el interior) con una dulce historia familiar a sus espaldas. Aquí la tradición (de 150 años, nada menos) es algo que se respeta, pero es una herencia ligera que no pesa. Esta mítica confitería, que abarca también Dulces El Toro, está especializada en sus deliciosos y suaves polvorones, reconocidos a nivel internacional, se basa en la selección cuidadosa de materias primas y recetas centenarias que no pasan de moda y cuya elaboración se remite a 1850.
Son famosas sus Casas del Tratado, donde se firmó el Tratado de Tordesillas que dividió entre Castilla y Portugal las tierras descubiertas en América en 1492. Iglesias góticas como la de San Pedro o Santa Maria, de índole más clásica, complementan el legado religioso de un pueblo que invita a tomar algo con tranquilidad en su poblada Plaza Mayor.
El camping El Astral, ubicado a las orillas del Rio Duero, es un lugar perfecto como base para nuestra autocaravana o camper van y además una buena base de operaciones para recorrer otras poblaciones cercanas como Simancas o Toro.
ANTEQUERA. Málaga.
Nuestra ruta del dulce culmina en Antequera, cuyo mero nombre ya remite a mantecados y polvorones. La ciudad, sin embargo, merece una detallada visita. La iglesia de Nuestra Señora del Carmen, del siglo XVI, ya nos sirve de solemne anticipo a todo lo que vamos a encontrar en este mítico pueblo andaluz. La atmósfera defensiva de la villa nos la da el Torreón de Asalto y, por supuesto, la Alcazaba, un imprescindible si visitamos Antequera. Esta fortaleza musulmana corona el cerro que domina el pueblo y dispone de torres defensiva, muralla y un excelente mirador. En el pueblo nos espera la Colegiata de Santa María la Mayor y la Plaza del Portichuelo, donde podemos planificar nuestro asalto al clásico dulce de Antequera.
Los polvorones y mantecados de aquí son legendarios, y con razón. Entre sus muchos locales consagrados a ello está la Pastelería San Pancracio. Pasar por aquí y no comprar es imposible. Es un obrador de alta repostería. Su productos artesanales son maravillosos y sus mantecados bombón son lo mejor que puede encontrar un aficionado a los sabores sorprendentes.
En Antequera la buena vida tiene otro ritmo y lugares como este demuestra que lo tradicional también tiene un lenguaje moderno. Delicioso lugar. Una caja de polvorones variados de esta firma eleva las navidades a otro nivel. Para pernoctar, lo mejor es utilizar la zona de Autocaravanas de Av. Miguel de Cervantes, que es un lugar perfecto para un par de días.
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