De la montaña al mar: en ruta por el Nalón
Desde el puerto de Tarna hasta San Esteban de Pravia y San Juan de la Arena, el valle del Nalón esconde un paisaje de robustos verdes y vigorosas aguas que van a encontrarse con el Cantábrico. Os proponemos una ruta por el Nalón.
Un trayecto que cruza pequeñas aldeas salpicadas de paneras y hórreos, pero también rincones míticos para la historia de Asturias como Pravia. A lo largo de su casi centenar y medio de kilómetros, el caudaloso Nalón, donde habitan sobre todo truchas y salmones, hace de perfecto guía para quienes quieran descubrir una Asturias auténtica, alejada de hoteles y masas.
Buena gastronomía y costumbres locales
Por eso la autocaravana es el medio de transporte ideal para viajar por esta ruta, empapándose de la buena gastronomía y las costumbres locales, que son las de antes pero también las de ahora. Toda una oda a la naturaleza salvaje y a la Asturias rural repleta de sorpresas.
El punto de partida es el puerto de Tarna, donde el Nalón nace en una pequeña fuente.
Estamos en el concejo de Caso, el lugar donde se encuentra el Parque Natural de Redes, así que tenemos una oportunidad perfecta para explorar al menos parte de este enigmático rincón donde las vacas pastan plácidamente entre verdes montañas y los amantes del buen queso encontrarán un manjar: el queso Casín.
Desde allí iremos con nuestra autocaravana hasta el embalse de Rioseco y Pola de Laviana, un buen lugar para hacer un alto en el camino. No solo porque tenemos un área para autocaravanas en la que poder descansar allí mismo, sino también por su entorno, rodeado de pequeñas aldeas, los puentes de la Chalana y de Arco o su buenísima gastronomía y buen ambiente, en el que el foráneo siempre es más que bien recibido.
Una ruta con sabor a mar y montaña
Después seguiremos camino del Cantábrico pasando por Langreo, donde no podemos perdernos el museo de la siderurgia de Asturias, que habla del pasado de esta ciudad.
Continuaremos hasta el embalse del Furacón, en donde el río Trubia da sus aguas al Nalón, y después hasta el embalse de Prianes y la localidad de Grado, repleta de ejemplos de arquitectura indiana que merece la pena conocer.
Encontraremos además allí un área para autocaravanas donde podemos montar el campamento base antes o después de conocer este cruce de caminos que mantiene toda la esencia de esta zona asturiana.
El siguiente punto de la ruta es Pravia, en la que descansaban los reyes astures. Fue el rey Silo quien trasladó aquí la corte en el año 774, y desde entonces mantiene algo de aire señorial.
Un imprescindible si paramos en esta zona es tomar una buena fabada, y es que las tierras de esta área son famosas por ser de las más fértiles de Asturias. En ello tiene algo que ver de nuevo el río Nalón, que riega las vegas.
Tras conocer palacios, casonas rurales o las elegantes casas de indianos seguiremos camino de Muros de Nalón, con la estupenda senda de los miradores que merece la pena recorrer para conocer las playas de la zona desde unos magníficos balcones sobre los acantilados.
Y Somao, una pequeña localidad conocida por conservar casi intactas algunas casas indianas de quienes emigraron a América y regresaron con dinero suficiente para levantar elegantes casas con luminosas galerías acristaladas y escalinatas de película.
El final de la ruta
Ya solo nos falta dar un paseo por San Esteban de Pravia, en la margen izquierda de la ría del Nalón, para conocer el primer y único puerto carbonero de España. Como muestra de ello aún quedan sus grúas, hoy restauradas, y los cargaderos del puerto.
El punto final es su vecina, San Juan de la Arena, en la otra margen, donde podemos descansar con la autocaravana junto a la playa de Los Quebrantos. Una ruta con sabor a mar y montaña difícil de superar.
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